¿Qué elementos hacen cómodo un zapato de seguridad?
La comodidad en un zapato de seguridad no es un extra ni un lujo: es un factor determinante para el rendimiento, la salud del trabajador y la prevención de lesiones. Un calzado incómodo provoca fatiga prematura, sobrecargas musculares e incluso aumenta el riesgo de accidentes. Estos son los cinco elementos clave que marcan la diferencia en el confort diario, siempre dentro de los estándares de seguridad exigidos.
1. Suela con buena amortiguación
La suela es el principal punto de contacto con el suelo y absorbe el impacto de cada paso. Una suela con capacidad de amortiguación, especialmente en superficies duras, reduce la presión sobre:
- Talones
- Rodillas
- Cadera y zona lumbar
Además, debe proporcionar estabilidad y agarre, cumpliendo los requisitos antideslizantes exigidos por la normativa, sin penalizar la flexibilidad del movimiento.
2. Ligereza del conjunto
Un zapato de seguridad pesado incrementa el gasto energético y la sensación de cansancio al final de la jornada. La ligereza se consigue mediante:
- Punteras no metálicas (fibra de vidrio o composite)
- Materiales técnicos en la suela
- Diseños optimizados que eliminan peso innecesario
Reducir el peso del calzado mejora la agilidad, la movilidad y la comodidad, especialmente en trabajos dinámicos, sin renunciar a la protección frente a impactos de hasta 200 J, tal y como establece la normativa.
3. Plantilla interior ergonómica
La función principal de la plantilla es optimizar el apoyo del pie dentro del calzado. Una plantilla bien diseñada contribuye a una correcta distribución de cargas, mejora la absorción del impacto y favorece el confort térmico en usos prolongados.
4. Materiales transpirables y control de la humedad
La acumulación de calor y sudor es una de las principales causas de incomodidad. Los materiales transpirables y los forros técnicos ayudan a:
- Mantener el pie seco
- Regular la temperatura
- Reducir la aparición de hongos y bacterias
Un entorno interior saludable no solo mejora el confort, sino que contribuye al uso continuado del calzado en condiciones óptimas.
5. Ajuste y acolchado adecuado
El diseño del zapato debe adaptarse al movimiento natural del pie. Elementos como:
- Cuello y lengüeta acolchados
- Buen sistema de ajuste
- Horma ergonómica
evitan roces, puntos de presión y la entrada de partículas externas, aspectos clave en entornos laborales exigentes.
Certificaciones y normativas
Todos estos elementos deben integrarse dentro del cumplimiento de la norma EN ISO 20345, que regula el calzado de seguridad y establece los requisitos mínimos de protección, así como una amplia gama de prestaciones adicionales en función del entorno de trabajo.
En función de su clasificación, el calzado incorpora características como puntera de seguridad frente a impactos, propiedades antiestáticas, absorción de energía en el talón, resistencia al deslizamiento, protección frente a la perforación, entre otras.
Clasificaciones como S1, S2 o S3, junto con marcados específicos como SR, permiten identificar de forma clara el nivel de protección y las prestaciones del calzado según su uso previsto.
En resumen, los 5 elementos que hacen cómodo un zapato de seguridad son el resultado de la combinación equilibrada de varios factores, siempre respaldados por normativas y certificaciones oficiales. Suela, peso, plantilla, transpirabilidad y ajuste trabajan conjuntamente para ofrecer comodidad real durante toda la jornada, sin renunciar a la seguridad.
Elegir correctamente el calzado de seguridad no solo mejora la experiencia del usuario, sino que contribuye activamente al bienestar, la prevención de riesgos y el rendimiento diario.
En Paredes Seguridad se desarrollan soluciones de calzado de seguridad profesional que integran ergonomía, ligereza y materiales técnicos avanzados, siempre bajo los estándares de seguridad exigidos, para responder a las necesidades reales de los entornos laborales actuales.
