Saber cómo limpiar y mantener el calzado de seguridad es fundamental para conservar sus propiedades de protección, confort e higiene durante la jornada laboral. El calzado de seguridad es un Equipo de Protección Individual (EPI) diseñado para protegerte en entornos de trabajo exigentes, pero su eficacia depende en gran parte de un mantenimiento adecuado.
Una limpieza incorrecta puede dañar los materiales, reducir el agarre de la suela o afectar a la transpirabilidad. En este artículo te explicamos cómo limpiar y mantener tu calzado de seguridad en casa de forma correcta, utilizando productos sencillos y accesibles, para alargar su vida útil y conservar sus prestaciones.
Antes de empezar: qué debes tener en cuenta
- No todos los calzados se limpian igual: no es lo mismo un empeine sintético que uno de piel.
- Evita métodos agresivos: lavadora, lejía, disolventes o calor directo.
- El objetivo no es solo que “se vea limpio”, sino conservar sus prestaciones de seguridad.
Qué necesitas
- Agua templada
- Jabón neutro (tipo jabón de manos o jabón para ropa delicada)
- Paño suave o bayeta
- Cepillo de cerdas blandas
- Spray desinfectante suave (preferiblemente sin alcohol o de baja concentración)
- Papel de cocina
- Lugar seco y ventilado
1. Limpieza exterior del calzado de seguridad
Para calzado con empeine sintético o microfibra
- Retira el polvo y la suciedad superficial con un cepillo seco.
- Humedece un paño con agua templada y un poco de jabón neutro.
- Limpia suavemente el empeine y la suela.
- Si hay suciedad persistente, repite sin frotar en exceso.
- Aclara el paño solo con agua y retira restos de jabón.
Para calzado de piel natural
- Elimina el polvo con un paño seco.
- Limpia con un paño ligeramente húmedo y jabón neutro.
- Seca inmediatamente con otro paño limpio.
- Evita empapar la piel o dejarla húmeda.
2. Desinfección básica
En casa no es necesario un proceso industrial, pero sí una desinfección ligera y controlada:
- Utiliza un spray desinfectante compatible con textiles o piel, aplicado de forma ligera.
- Pulveriza a distancia, sin saturar el material.
- Deja actuar unos minutos y deja secar al aire.
Evita productos muy agresivos o con alta concentración de alcohol, ya que pueden resecar materiales y afectar a la durabilidad.
3. Limpieza e higiene del interior
El interior es una de las zonas más importantes y a menudo la más olvidada.
- Si la plantilla es extraíble, sáquela.
- Limpia la plantilla con un paño húmedo y jabón neutro o pulveriza ligeramente con desinfectante.
- Deja secar completamente antes de volver a colocarla.
- Ventila el interior del calzado al menos 12 horas en un lugar seco.
💡 Tip: introducir papel de cocina o periódico ayuda a absorber la humedad.
4. Secado correcto: clave para alargar la vida útil
- Seca siempre a temperatura ambiente.
- Nunca utilices:
- Radiadores
- Secadores
- Estufas
- El calor directo puede deformar la suela y dañar el empeine.
5. Mantenimiento básico que marca la diferencia
- Limpia el calzado de forma regular, no esperes a cuando ya esté muy sucio.
- Revisa la suela: si pierde agarre, es señal de desgaste.
- Comprueba costuras, puntera y estado general.
- Guarda el calzado en un lugar seco y ventilado, nunca cerrado y húmedo.
Errores comunes que debes evitar
- Meter el calzado de seguridad en la lavadora
- Usar lejía o productos abrasivos
- Secarlo con calor directo
- Guardarlo húmedo
- Limpiarlo solo por fuera y olvidar el interior
Mantener limpio tu calzado de seguridad no requiere productos especiales ni procesos complejos. Con jabón neutro, agua y una limpieza regular, puedes conservar la comodidad, la higiene y las prestaciones de seguridad durante más tiempo.
Un buen mantenimiento también es una forma de prevención.
